Viernes 01/09 La Regia Orquesta
Hoy nos dejaremos seducir por el swing, agitado o lento, dulce, cálido o bailable, del variopinto Glenn Miller. Miller, un hombre ducho en la conducción de una banda, hizo del swing su bandera de lucha, y se granjeó una duradera reputación como director y arreglador. Generaciones de amantes de la música han reverenciado con justicia la figura de Miller, y no es para menos. Durante apenas tres años, entre 1939 y 1942, Glenn Miller fue un dios. Su figura llevó el sonido de las orquestas de jazz de salón a alturas insospechadas. El secreto estaba en su carisma de hombre serio, de una pulcritud impecable y una sonrisa de actor de película. También encarnaba esos valores conservadores que en la clase media norteamericana estaban tan de moda a principios del siglo pasado, y lo demostró cuando se unió a las fuerzas armadas de su país al estallar la segunda guerra mundial.
In the mood
I know why
Sun valley jump
The spirit is willing
It happened in sun valley
Chattanooga choo-choo
Measure for measure
Blue call rag
Serenade in blue
Moonlight serenade
American patrol
At last
Boom shot
That’s sabotage
I’ve got a girl in kalamazoo
Moonlight sonata
In the mood
I know why
Sun valley jump
The spirit is willing
It happened in sun valley
Chattanooga choo-choo
Measure for measure
Blue call rag
Serenade in blue
Moonlight serenade
American patrol
At last
Boom shot
That’s sabotage
I’ve got a girl in kalamazoo
Moonlight sonata
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