Viernes 23 de junio: Jimmy Smith
La Regia Orquesta
El Hammond es un teclado de sonido dulce y cálido, y que durante los años 50s se comercializó más que nada para uso doméstico. El primero en demostrar sus casi infinitas posibilidades en el contexto de la improvisación jazzística fue Jimmy Smith, uno de esos hombres que hacen de un instrumento su voz para toda la vida. La carrera de Smith es una de esas lecciones sobre la consagración y la dedicación que tanto nos gusta escuchar, sobre todo cuando los resultados son buenos.
Jimmy Smith tomó clases de piano cuando era un niño y vivía con sus padres, pero al poco tiempo se dejó fascinar por el sonido del teclado Hammond y empezó a tocar en cafés y bares cuando apenas tenía 22 años. El hombre era capaz de convertir al instrumento en casi un combo completo: hacía ritmos con los pies, acordes con la mano izquierda y solos completos con la derecha.
Smith dejó este mundo a principios del año pasado. Estuvo en giras hasta el final de sus días, llevando la música de sus múltiples proyectos a lugares impensados. Y su legado a muchos puede parecerle mínimo o monotemático. La verdad, es que hay pocas obras personales más coherentes y articuladas que la suya, que tiene algo de obsesión y mucho sentido del humor. Y si bien la fijación de Smith con el Hammond no lo llevó a los lugares oscuros a los que condujo a John Coltrane y Charlie Parker, eso no hace que su obra tenga menos valor. Nadie dijo nunca que el sufrimiento es condición para el arte.
Blues for 3+1
Satisfaction
Burning spear
One mint julep
Organ grinder’s swing
Root Down
TNT
Funky Broadway
Let’s stay together
Groove drops
Slow down sagg
El Hammond es un teclado de sonido dulce y cálido, y que durante los años 50s se comercializó más que nada para uso doméstico. El primero en demostrar sus casi infinitas posibilidades en el contexto de la improvisación jazzística fue Jimmy Smith, uno de esos hombres que hacen de un instrumento su voz para toda la vida. La carrera de Smith es una de esas lecciones sobre la consagración y la dedicación que tanto nos gusta escuchar, sobre todo cuando los resultados son buenos.
Jimmy Smith tomó clases de piano cuando era un niño y vivía con sus padres, pero al poco tiempo se dejó fascinar por el sonido del teclado Hammond y empezó a tocar en cafés y bares cuando apenas tenía 22 años. El hombre era capaz de convertir al instrumento en casi un combo completo: hacía ritmos con los pies, acordes con la mano izquierda y solos completos con la derecha.
Smith dejó este mundo a principios del año pasado. Estuvo en giras hasta el final de sus días, llevando la música de sus múltiples proyectos a lugares impensados. Y su legado a muchos puede parecerle mínimo o monotemático. La verdad, es que hay pocas obras personales más coherentes y articuladas que la suya, que tiene algo de obsesión y mucho sentido del humor. Y si bien la fijación de Smith con el Hammond no lo llevó a los lugares oscuros a los que condujo a John Coltrane y Charlie Parker, eso no hace que su obra tenga menos valor. Nadie dijo nunca que el sufrimiento es condición para el arte.
Blues for 3+1
Satisfaction
Burning spear
One mint julep
Organ grinder’s swing
Root Down
TNT
Funky Broadway
Let’s stay together
Groove drops
Slow down sagg
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